5 diciembre
Quedan 26 días
Ayer no logré dar con el acentor alpino en Gorramendi, así que a mi regreso a casa empecé a consultar citas de esta especie en Navarra por ver cuándo y dónde se veía con más frecuencia, y descubro que algunos de ellos suelen invernar muy cerca de mi casa, en la Sierra de Tajonar. Así que he decidido marcharme al lugar y ver si tengo suerte.
Aparco en un pueblecito del valle y comienzo con una ascensión, primero por el interior de un bosque de hayas, luego una repoblación de pinos y finalmente, cerca de la cima, unos campos salpicados de arbustos y arbolitos. Me acompañan carboneros comunes, carboneros garrapinos, chochines, petirrojos, pitos reales, agateadores europeos, pinzones vulgares y muchos más. Conforme salgo a campo abierto, una vez arriba, un grupo de buitres leonados se arremolina sobre mi cabeza pasando a veces muy cerca y mirándome curiosos. Quizás a cualquier otro paseante le entraría el ‘mal rollo’ por sentirse intimidados por semejantes aves tan imponentes y con mala fama, pero a cualquier pajarero le puede la curiosidad y admiración y nos quedamos embobados disfrutando de su magnífico vuelo. Algún que otro milano real les acompaña y también aprovecha para ficharme.
Y no sólo hay uno, sino que veo hasta cuatro. Y es justo en el lugar en que había leído que solía vérseles durante los inviernos, así que debe de ser un rincón de su gusto para pasar los meses fríos. Debido a la proximidad a mi casa (muy pocos kilómetros) la excursión es breve y para media mañana ya estoy de vuelta con el fin de seguir trabajando en mi despacho.
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